$LIBRA, la shitcoin que dejó al descubierto la estafa infinita del relato libertario
Un análisis de las narrativas y dinámicas de la cultura digital que facilitaron uno de los criptofiascos más grandes de la historia.
Un dominio web falopa, una memecoin disfrazada de “financiamiento al emprendedor” y un tuit de 314 caracteres fueron suficientes para que el presidente Javier Milei arrastrara a miles de sus seguidores a un engaño planificado al minuto. En menos de siete horas, $LIBRA pasó de ser la prueba irrefutable del éxito de la autonomía financiera prometida por el libertarismo, a convertirse en lo que muchos expertos consideran el golpe cripto más veloz de la historia, un caso de corrupción a escala global que además dejó entrever que el 'novedoso' programa libertario no es otra cosa que el clásico neoliberalismo relatado en clave de populismo digital.
En este envío, vamos a repasar las tecnologías, mitos, narrativas, tácticas desinformantes y dinámicas propias de la cultura digital que hicieron posible este engaño. Un escándalo tan grande que la aceitada maquinaria de desinformación y propaganda que sostiene al gobierno de Milei quedó en jaque y perdió el control de la llamada calle digital, al punto de obligar a su fandom más radical a defender al presidente, asegurando que no se trata de un corrupto sino de un idiota incapaz de detectar un scam de manual.
¿Cómo una estafa de esta magnitud pudo ejecutarse a tal velocidad y a plena luz del día? ¿Cómo tantos hombres que construyen su identidad en torno a las cripto finanzas terminaron atrapados en un fraude típico del mundillo? Y, por supuesto: ¿Qué c*r*j*o es una memecoin y por qué hay políticos conservadores promocionándolas últimamente? Empecemos por esto último para desentrañar el fenómeno.
Las memecoins surgieron hace una década precisamente como una forma de burlarse del furor especulativo en torno a los activos digitales. A diferencia de otros criptoactivos como Bitcoin, que actúa como una reserva de valor descentralizada, o Ethereum, cuya red permite la ejecución de contratos inteligentes, las memecoins como $DOGE (la primera de la historia), $PEPE (inspirado en el personaje de Matt Furie) o $PNUT (en homenaje a una ardilla sacrificada por las autoridades de New York) carecen de un propósito práctico más que la conmemoración, la diversión, la timba o incluso el troleo. Su creación está al alcance de cualquiera. Por su bajo costo y sencilla configuración técnica, existen miles y su valor es tremendamente volátil, pues depende del hype en redes sociales. Es la economía de la atención hecha token.
A pesar de la ausencia de una función clara y de su alto nivel especulativo, el mercado de las memecoins es significativo. Según un informe de AMB Crypto, 53% de los criptoinversores las prefieren. Saben que es una apuesta arriesgada, pero compensa la baja barrera de entrada y el sentido de comunidad y entretenimiento: “Es como entrar a un club exclusivo donde todos entienden el mismo chiste, haciendo que invertir sea más divertido y hasta socialmente gratificante. Para muchos que se sienten excluidos del sistema financiero tradicional, este mundo es una manera de decirle un rotundo 'fuck you' a las élites de Wall Street”, escriben Adeniyi Makinde y Tayler McCracken para 99Bitcoins.
Se estima que existen cerca de 10 millones de tenedores, representando una capitalización de mercado (repito: muy volátil) de 120 mil millones de dólares, un valor comparable al de Spotify. Mientras la plataforma sueca sostiene su cotización con desarrollo tecnológico, 600 millones de usuarios, un feroz catálogo musical y un modelo de negocio que explota a los artistas, las memecoins dependen casi exclusivamente de la promoción de mega celebridades para atraer la atención del mercado.
Tal fue el caso del rapero Jason Derulo con $JASON, un token que tras el entusiasmo inicial, perdió más del 97% de su valor en días. Lo mismo ocurrió con la iniciativa de la campeona olímpica y estrella de TV Caitlyn Jenner. La moneda que Donald Trump lanzó para festejar su regreso a la Casa Blanca siguió el mismo patrón de subir rápidamente y luego bajar.
A diferencia de estos proyectos, que siempre se presentaron como memecoins divertidos, especulativos o como activos de colección, el timo de $LIBRA se disfrazó desde el inicio como una inversión seria “para fondear emprendimientos argentinos” y contó con el respaldo explícito del propio presidente de la Nación. Milei fue el primero en tuitear el contrato de compra de $LIBRA, apenas cinco minutos después de que todo terminara de configurarse y en coincidencia con el cierre de los mercados bursátiles en un fin de semana largo. Su intervención fue clave para inflar el precio en apenas 40 minutos, tras lo cual los creadores del proyecto liquidaron sus posiciones, desplomando el valor de la moneda y generando pérdidas de 4.400 millones de dólares. Se estima que los estafadores lograron embolsarse alrededor de 200 millones antes de que la burbuja estallara. Es el modus operandi conocido como 'tirón de alfombra' o rug pull, típicos de las shitcoins que se crean solo para el engaño.
Uno de los relatos más seductores aprovechados por $LIBRA fue la promesa de libertad financiera a través de la descentralización y la transparencia de la blockchain, presentada como un antídoto contra la opacidad del sistema bancario tradicional, casi como una garantía matemática contra la corrupción. Un típico discurso tecno-optimista. Sin embargo, la realidad lo desmintió por completo: el 84% de los tokens estaban concentrados en tres usuarios que formaban parte del equipo, lo que no solo echaba por tierra la supuesta descentralización, sino que además les permitió ejecutar semejante estafa en tiempo récord, casi sin resistencia alguna.
“Al igual que en el auge de las apuestas virtuales y la ludopatía en niños y adolescentes, los varones son el target también en el terreno blockchain”, reporta la periodista argentina Florencia Alcaraz en su artículo Los criptobros también lloran. Se estima entre 40 mil y 80 mil las víctimas de $LIBRA, la mayoría hombres, parte de lo que se conoce como la manosfera: un ecosistema digital poblado por quienes buscan certezas en tiempos de inestabilidad económica y precarización. Muchos de ellos encuentran en las narrativas libertarias una respuesta: la financiarización, la tecnología como herramienta transparente contra la opresión del Estado y la rebeldía contra cualquier autoridad establecida.
Este modelo promovido por la narrativa libertaria tiene su correlato en una reciente medida del gobierno de Milei, que permite a adolescentes desde los 13 años comprar acciones, bonos y otros instrumentos financieros. La politóloga Wendy Brown denomina a este fenómeno la financiarización del capital humano, un proceso en el que la gestión del individuo se estructura cada vez más bajo la lógica de los mercados financieros. En su libro El pueblo sin atributos, Brown explica cómo esta transformación “reorienta la relación del Estado con el ciudadano. Los ciudadanos ya no son en el sentido más importante elementos constitutivos de la soberanía, miembros de públicos o incluso portadores de derechos. Por el contrario, como capital humano, pueden contribuir al crecimiento económico o ser un lastre para él; pueden invertirse o liquidarse dependiendo de su potencial para la mejora del PIB”. Y agrega: “Esto implica la reducción dramática de valores y bienes públicos, así como participación popular en la vida política”. Un diagnóstico que cuadra con el plan de ajuste llevado adelante por el gobierno de Milei.
La estafa infinita del relato libertario radica en ofrecer como solución a los problemas de sus seguidores el mismo modelo neoliberal que los llevó hasta ahí. Como explica Wendy Brown: “En lugar de la promesa liberal de asegurar al sujeto políticamente autónomo y soberano, el sujeto neoliberal no recibe garantía alguna de vida (por el contrario, en los mercados, algunos deben morir para que otros vivan) y, por consiguiente, está tan atado a fines económicos que es potencialmente sacrificable a ellos”.
🌎 Más claves para la conversación
"Las masculinidades heridas de los criptobros que quedaron al descubierto con este escándalo de proporciones internacionales tienen que importarnos. La gamificación y la plataformización de la vida social tienen que preocuparnos porque esta etapa del capitalismo financiero digital traza un régimen voraz que reparte daños para todos lados", escribe Florencia Alcaraz en Volcánicas
"Décadas de neoliberalismo financiero no han sido en vano: lo real se mimetiza con su estructura, y deviene burbuja. Pump and dump, “inflar y tirar”. Esta expresión, incorporación lingüística de estos días de furor, es una forma de fraude bursátil basada en estrategias de desinformación, o manipulación de información privilegiada, que apunta a sobrevalorar el precio de un activo para generar nuevos inversores que eleven artificialmente su precio (el momento pump), y luego venderlo para retirarse con el dinero de los confiados inversores (el momento dump)", dice Luis Ignacio García en Revista Anfibia.
🚀 Oportunidades de aprender y conectar
Equal Measures 2023, la coalición de líderes de redes feministas, la sociedad civil y el desarrollo internacional que conecta datos en favor de la igualdad de género, invita a periodistas a postular a la beca Contar historias con datos. Las personas seleccionadas recibirán una tutoría, formación y un estipendio de 500 dólares. La convocatoria está abierta hasta el 9 de marzo.
Este 2025 seguiremos ofreciendo talleres, charlas magistrales, mentorías y oportunidades de producción periodística. El primer curso del año estará dirigido a docentes de las carreras de Periodismo y/o Comunicación de universidades públicas y privadas de Paraguay, que deseen aprender más sobre fact checking. En los primeros días de marzo compartiremos los detalles sobre cómo postular y participar. Te vas a enterar primero por esta vía (>ᴗ•)
🕖 Hasta el próximo martes a las 7 AM (GMT-3)
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Esta edición fue escrita por Alejandro Valdez Sanabria, cofundador El Surti, miembro de Society for News Design y actual fellow del JournalismAI Innovation de Polis / London School of Economics.